16 de noviembre de 2015

Aleix Vidal-Quadras viajando en turista. DCAP #05

El otro día pude ver el programa de Pablo Iglesias, Fort Apache, cuyo debate trataba las elecciones del 20D. Entre muchas otras cosas, se habló de los discursos y los contenidos. Unos defendían la necesidad de contarle a la gente la realidad política en toda su complejidad. La experiencia de Grecia obliga, argumentaban, a dar respuesta a las cuestiones de fondo que tienen que ver con la falta de soberanía ante poderes políticos y económicos ajenos. ¿Se pude o no se puede? Otros planteaban que la posibilidad de cambio requería llegar a la gente de forma más directa, buscando la manera de conectar antes que dejarse arrastrar por la muy denostada pedagogía de la izquierda clásica. No hablemos ya de plantear debates sobre el Euro y demás.

En esa cuestión no le falta razón a Pablo Iglesias. La experiencia griega no es solo la de Syriza y Tsipras, sino también la desastrosa de Unidad Popular. Asumámoslo. El cambio, si llega el 20D, no nos conducirá fuera del Euro ni nos librará de la Troika. Para eso queda mucha guerra aun.
En cuanto a los discursos, el candidato podemita esgrimió una anécdota a modo de ejemplo. Desactivamos a un político como Aleix Vidal-Quadras rápidamente, contó, cuando llegamos al Parlamento Europeo y dijimos que los diputados y diputadas no deberían volar en primera clase. Quadras se negó, pero se quedó fuera de juego, por decirlo así, cunado Iglesias argumentó que es una cuestión de honestidad que un político viaje en turista en un país azotado por la crisis, donde la mayoría de las personas no pueden permitirse semejantes lujos.

Honestidad y privilegios. La gente normal frente a la casta. Desgraciadamente, igual de fácil es desactivar políticamente a la vieja casta con un discurso semejante, como desactivar a quienes lo esgrimen. Para eso solo hace falta que Aleix Vidal-Quadras acceda a viajar en turista. ¿No es eso al fin y al cabo Ciudadanos? Jóvenes, guapos y guapas, que viajan en turista, que dan imagen de honestidad y honradez (en verdad no sé en qué viajan, es una metáfora, claro), pero que aplicarán, y así lo han demostrado en el Parlament de Catalunya, las mismas políticas que Aleix Vidal-Quadras, viajando en primera.

Lo he dicho más de una vez en las asambleas del Círculo de Majadahonda. Limitar el discurso a la corrupción, a la honestidad de la nueva política frente a la vieja casta, es un error de bulto, terreno abonado para el éxito de Cs, el Podemos de derechas que quería la patronal y el poder financiero. La corrupción ha sido el medio con el que se ha enriquecido la casta, las políticas neoliberales lo que ha empobrecido a los de abajo. Los gestos están muy bien, pero si no se llenan de contenido político, cualquiera los puede emular.