23 de octubre de 2015

De encuestas, círculos y voluntarios. DCAP #02

En el Círculo de Podemos en el que participo se nos encomendaron dos tareas. Hacer una encuesta sobre la intención de voto de los ciudadanos de nuestra pequeña ciudad y otra encuesta sobre los problemas del pequeño comercio. Ambos requerimientos venían acompañados de una lista pormenorizada de instrucciones como llevar una camiseta de Podemos, sonreír siempre, no discutir con quienes nos increparan... Se pedía que el círculo reclamara voluntarios y voluntarias entre su gente para tal labor. Creo que no hemos llegado a realizar ninguna de las dos encuestas. Alguien preguntó si pagarían por hacerlas, y al ser respondido que no, invitó al CC autonómico a hacer ellos mismos el trabajo.

Puede parecer de risa, pero yo pienso que esto refleja de forma muy clara la deriva que ha llevado Podemos desde Vistalegre. Una deriva que ha provocado dos cosas: la desbandada de gente en los círculos y el descenso en las encuestas. Hay muchos más factores, claro, pero resulta obvio que un puñado de politólogos son capaces de realizar muy buenos análisis de la situación, pero eso no les convierte en buenos dirigente políticos.Los círculos de Podemos canalizaron desde el primer momento la ilusión de mucha gente que buscaba una nueva forma de hacer política. Se convirtieron en un espacio abierto de activistas de múltiples procedencias. Desde personas que no habían participado nunca en semejantes actividades a gente del 15M, pasando por rebotados de otros partidos u organizaciones. Fueron momentos de efervescencia en el que se debatía políticamente y se formaba parte de un proceso colectivo. Poco queda de todo eso. Se nos reclama como voluntarios para hacer encuestas, después de un proceso en el que la fiebre por conseguir un cargo y las prácticas para evitar que se establecieran corrientes críticas o contrapesos a la dirección, centralizada entorno a un núcleo muy reducido, convirtieron a los círculos en simples correas de transmisión sin capacidad real de intervención decisoria en el desarrollo de la organización.

Lo que más me chocó, signo inequívoco de la situación que vivimos, es que en las instrucciones recibidas para la primera encuesta, uno de cuyos objetivos era dar a conocer las propuestas de Podemos e intentar ganar votos entre incrédulos e indecisos, se nos advertía de no perder tiempo con quienes habían sido votantes nuestros. Nada de invitarles a las reuniones y actividades del círculo, nada de hablar sobre la situación política y animarles a participar, nada de estrechar lazos entre la gente del cambio, solo unas directrices para la mayor eficiencia y productividad de una actividad con un objetivo claro. ¿Y la nueva política? ¿Y la política a secas? Habrá que empezar a pensar en recuperarla, porque el voluntariado es para el COI y las fundaciones privadas. El nivel de conciencia que nos dejó el 15M exige mucho más de una dirección política que deberá repensarse después del 20D. Que sea para bien.